El Libro de la Semana (LXXIV): Clemencia


Ignacio Manuel Altamirano fue un notable mexicano del siglo XIX (19, pa'los que no les gustan los números romanos) que, junto con otros intelectuales, se propusieron el renacimiento de la literatura mexicana (más bien el surgimiento, porque México tenía poco de haber logrado su independencia). Labor que no resultó en lo absoluto sencilla ya que el país se vió envuelto en una serie de trifulcas y desequilibrios políticos que impedían la correcta difusión de los escritos. Altamirano, por ejemplo, se opuso tenazmente al gobierno de Santa Anna y participó con Juárez en la guerra de Reforma y posteriormente contra la intervención francesa en 1863.

Precisamente, en 1869 escribe "Clemencia", situada durante la intervención francesa en la hermosa ciudad de Guadalajara. En el más puro estilo romanticista de la época, Altamirano nos describe una historia muy romántica, pero también muy nacionalista. (No se espanten. Su estilo no es del tipo "¡¡¡VIVA MÉXICO, CAB....!!!"). Pero también es evidente la diferencia de las clases sociales. Altamirano es de origen indígena y vive y crece en un México que, si bien se ha independizado de España, esa independencia fue hecha por criollos y apoyada por mestizos. Los indígenas siguen siendo considerados como ciudadanos de segunda o de tercera (no que haya cambiado mucho esto... pero esa es otra historia). Así que en Clemencia podemos observar dos cosas. Por un lado, el tremendo amor y orgullo que siente Altamirano por su origen indígena y el rechazo que provoca en las clases "acomodadas". En segundo lugar, el apasionamiento que muestra por las letras europeas, lo cual es evidente al utilizar el estilo que estaba de moda por aquellos lares.

Ahora, hablando propiamente del libro (que es muy corto, por cierto): Clemencia es parte de la aristocracia mexicana, más específicamente, de la de Guadalajara. Las noticias de la invación de los franceses es cada vez más inquitante, ya que van avanzando por el territorio nacional y acercándose cada vez más y más. Afortunadamente un destacamento del ejército se establece cerca de donde vive. En éste sobresale la presencia de dos oficiales: Enrique Flores, gallardo, alegre, galán, amistoso y querido por sus soldados; y Fernando Valle, moreno, osco, reservado, pero respetado y apreciado por sus soldados. Lógicamente se establece un romance con Clemencia, que es obscurecida por una traición...

Francamente a mi la historia me sorprendió, pues se sale de las líneas de las historias clásicas, por lo menos en un inicio. Pero lo más interesante es el amor. El amor entre los personajes. El amor de los protagonistas por su país. El amor por el arte extranjero. El amor a la buena vida y la posición social. Clemencia ama la aristocracia y lo extranjero, pero sin titubear ni un poco deja todo atrás en favor de la nación. Cuando la traición a la patria se hace manifiesta, Clemencia no duda ni un segundo dejar de lado el amor por su hombre.

Si bien es un libro muy viejo y el estilo o el lenguaje pueden parecer un tanto rebuscados, la verdad es que se lee rapidísimo y es apasionante. Si logran conseguirlo, léanlo, garantizo que se enamorarán.

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