El Libro de la Semana (LXIV): Harry Potter

¡Ay, ay, ay, ay! Qué difícil hablar de una serie de libros de la que soy fan declarado...

Hoy en día es muy difícil que alguien no conozca o haya oído hablar de Harry Potter. Todo el mundo sabe que es la historia de un pequeño mago que estudia en una escuela especial. Muchos habrán visto las películas, que, dicho sea de paso, son muy buenas adaptaciones. Así que, ¿qué podremos decir de Harry Potter?

Hablemos de J. K. Rowling. La historia de que su marido la abandonó cuando su niña era pequeña y ella escribió Harry Potter en un café, con su niña dormida al lado, es en su mayor parte muy exagerada. Es verdad que JK Rowling no tenía dinero y ahora es la mujer más rica de Inglaterra (¡Auch, por la reina!), pero lo cierto es que no fue una mujer abandonada ni estaba en la miseria. Si bien no tenía dinero, siempre obtuvo algún trabajo que le permitía salir. Tuvo miles de fuentes y hay muchas historias de escuelas de magia, pero ¿qué es lo que hizo tan famoso a Harry Potter?

El primer gran acierto de Rowling fue escribirlo para niños, pero sin hablarles como a tarados. Simplemente, el lenguaje que utiliza es muy sencillo y muchas de las situaciones resultan muy graciosas para cualquier niño, al sentirse identificado con el protagonista. El segundo acierto fue poner una gran variedad de personajes y hacerlos crecer a la par. El ejemplo más impresionante es el buen Neville Longbottom, quien empezó como el clásico gordito inútil, negado para la magia, y termina siendo un líder respetado por los demás alumnos. El camino que tiene que transitar no es sencillo, pero Rowling lo maneja y justifica perfectamente.

El tercer acierto fue crear toda una mitología que sostiene una historia muy bien estructurada. Son muy pocos los cabos sueltos que deja en un libro y casi siempre son cubiertos en alguno posterior. Algunas situaciones son muy forzadas, pero en general, la historia fluye siguiendo un riguroso ritmo que es constante para los siete libros: Una introducción, un planteamiento de la situación, un evento que cambia todo, una parte en que todo va más tranquilo (hasta se siente un poco pesado), una sucesión de acontecimientos de un ritmo un tanto vertiginoso que desemboca en un enfrentamiento y una resolución, con una reflexión/explicación final. Esta estructura le da dinamismo y al mismo tiempo coherencia a los libros.

En cuarto lugar, Harry Potter inicia como un niño de 11 años y termina siendo un muchacho de 17 años. Es un perido difícil y Rowling trata de plasmar las diferentes circunstancias por las que atraviesa un adolescente, sin detrimiento de la historia principal. Una parte importante de esto es el amor. Desde el segundo libro es evidente que Hermione y Ron terminarán siendo novios (aunque muchos juraran que iba a ser Hermione y Harry). Otro, es la aceptación de los demás. Neville, Luna, Dobby son los arquetipos de los personajes que nadie quiere y, sin embargo, saben cómo crecer, sin dejar de ser ellos mismos ni buscar agradarle a los demás, y al final son aceptados por todos.

Y en quinto lugar (aunque puede haber muchos más) JK Rowling no hace otra cosa que contar la clásica historia del bien (representado por Dumbledore y Harry Potter) contra el mal (representado por Voldemort y los mortífagos). La diferencia de ideologías parte de la visión del mundo. Mientras que para Dumbledore humanos y magos deben de coexistir sin conflictos, para Voldemort es absurdo pues los magos son más poderosos y por lo tanto es natural que sometan a los humanos y a otras especies mágicas. Harry debe seguir una y otra vez el camino del héroe, perdiendo mucho en cada ocasión, pero también fortaleciéndose, creciendo y ganando mucho, a la vez. El iniciar siempre en casa de los Dursley y terminar regresando a ella es parte de este ciclo del héroe.

Al final, Harry Potter es un best-seller y por lo tanto no debe esperarse un libro con mucha profundidad. También es un libro para niños (aunque en Inglaterra tuvieron que lanzar una edición con una portada para adultos, debido al éxito que tuvo), así que no esperen grandes logros literarios. Harry Potter es, sin más ni menos, un muy buen libro, apasionante y fácil de leer, que es ideal para la gente que no lee mucho y quiere empezar con algo sencillo.

De nuevo, aunque las adaptaciones a la pantalla son muy buenas, la magia de los libros es irremplazable y, es evidente que no se puede adaptar un libro de 600 páginas en una película de dos horas sin perder mucho en el camino. Personajes como Ojo-Loco Moody, Luna Lovegood, Tonks y Colin Creevy sólo toman su justa dimensión y se vuelven entrañables al leer los libros.

Como siempre, mi recomendación es que lean los libros ya que cada vez van siendo más interesantes (bueno, para mi, los cuatro primeros siguen este aumento en historia interesante y trama compleja, pero bien explicada. A partir del quinto libro esto no es forzosamente así, pero los tres últimos siguen siendo muy buenos, siendo el séptimo el mejor de ellos.) Como se puede deducir, para mi los mejores libros de la serie son el 4° y el 7°, pero eso es completamente subjetivo.

NOTA: ¡Es cierto! ¡Es cierto! Si alguien está reacio a leer los libros de Harry Potter, debo decir esto: Harry Potter ha hecho leer a millones de niños en todo el mundo, la mayoría de los cuales no había leído antes un libro completo. Sólo por este simple hecho, la saga de Harry Potter tiene una importancia y relevancia mundial.