El Libro de la Semana (LXXXIII): ¡Viven! La historia de los Sobrevivientes de los Andes


Éranse unos jóvenes uruguayos que jugaban rugby en su colegio (un liceo dirigido por católicos irlandeses) quienes querían ir a jugar a Chile, ya que en una ocasión anterior les había ido muy bien. Decidieron rentar un avión de la Fuerza Aérea de Uruguay, pero para que saliera más barato invitaron a amigos y familiares. Finalmente, el avión, con sus 40 pasajeros y 5 miembros de la tripulación, salieron de Montevideo, pero tuvieron que parar en Mendoza, Argentina, por el mal tiempo. Al otro día, el 13 de octubre de 1972, despegaron hacia Santiago.

Sin embargo, el piloto se confundió y pensando que estaba mucho más cerca de Curicó, descendió entre las nubes, que al despejarse mostraron una cima enfrente de ellos. El piloto trató de alevarse nuevamente, pero la cola del avión se impactó contra la montaña, enviando al resto del avión hacia una pendiente. En el choque perecieron 13 personas. En el transcurso de los días, morirían varios más por las consecuencias del impacto, por el clima tan frío, para el que no iban preparados, y por el hambre. Los demás estaban seguros de que los iban a rescatar y no se preocupaban mucho. Sin embargo, al décimo día, escucharon en una pequeña radio portátil que la búsqueda se había suspendido.

Esto provocó desánimo y desesperación, pero también la fría determinación de que tenían qué sobrevivir. Sólo quedaban 27 y cuando el hambre llegó a extremos desesperantes, discutieron la posibilidad de comerse a los muertos, lo cual hicieron, aunque algunos juraron mejor dejarse morir de hambre. Esto no fue necesario porque el 16° día, una avalancha en la madrugada enterró lo que quedaba del fuselaje del avión, que utilizaban como refugio. La avalancha mató a 8 más y la tormenta duró varios días.

Entonces decidieron salir de ahí a como diera lugar. Fernando (Nando) Parrado y Roberto Canessa fueron quienes finalmente, después de muchos días de preparación y excursiones infructuosas, lograron llegar a la cima de una montaña y de ahí a bajar en busca de ayuda. Cuando encontaron ayuda y regresaron por sus compañeros ya habían pasado 72 días del accidente. Finalmente, el 22 de dicembre, un helicóptero descendió para rescatar a un primer grupo. Un equipo de paramédicos se quedó con los otros para atenderlos y todos descendieron al otro día.


En muy breves palabras, esa es la historia. Piers Paul Read, un escritor inglés, quedó impactado con la historia y viajó a Uruguay a entrevistarse con los 16 sobrevivientes y con sus familiares y amigos. Su libro es una reconstrucción puntual y precisa de lo que ocurrió. Hace un hincapié importante en cuanto a la desesperación de los padres, parientes, amigos y novias que no saben el destino de los muchachos. Las expediciones y búsquedas que organizan y cómo se fueron resignando... aunque algunos nunca dejaron de buscar.

Si bien la historia es muy conocida por el hecho de que tuvieron que comer carne humana, lo cierto es que lo importante es ver la historia de superviviencia y lo que somos capaces de lograr los seres humanos. No es raro que muchos de los sobrevivientes ahora se dediquen a dar conferencias de motivación, además de tener carreras profesionales y familias felices. Por supuesto que algunos no quieren saber nada del asunto y les es muy doloroso recordar, pero para los que quieren hablar del asunto, es una experiencia única que los hizo sentir más vivos.

Tengo la inmensa fortuna de ser amigo de Ricardo Peña, que en febrero del 2005, durante una expedición al lugar del accidente, encontró objetos personales de uno de los sobrevivientes, Eduardo Strauch. Ricardo y Eduardo se quedaron de ver en la Cd. de México (Ricardo vive en USA) y coincidió con que Carlitos Paez, otro de los sobrevivientes, se encontraba aquí dando unas conferencias. Los conocí en el lobby del hotel, donde mantuvimos una plática casual, pero muy impactante, y me hice amigo de Eduardo. Cuando conoces a gente así te das cuenta de que el accidente sí los cambió y que ven el mundo de una manera muy diferente que nosotros. El simple hecho de estar con ellos es bastante inspiracional.

Agradezco a las páginas de los sobrevivientes, de donde he tomado las fotos y los invito a leer el libro (del cual se hizo una película muy buena) y a visitar las páginas de los sobrevivientes y de mi amigo Ricardo.

Cuando uno se halla en situaciones límite aprecia realmente qué es lo importante y en qué desperdiciamos nuestras vidas. Reevaluemos, quizás le estamos dando demasiada importancia a cosas que no las tienen.
  • Páginas de algunos de los sobrevivientes:
http://www.eduardostrauch.com/
http://www.carlitospaez.com/elmilagrodelosandes/
http://www.sobrevivientesdelosandes.com/
  • Página de mi amigo Ricardo:
http://www.alpineexpeditions.net/

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