El Libro de la Semana (LXXI): La Decisión de Sophie

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¡Híjole! La verdad es que quería la portada de la edición de este libro que yo tengo, pero resulta que no encontré mas que esta, que aunque muy bonita, no nos dice nada de la novela.

En alguna ocasión anterior he mencionado lo interesante que son los libros que hablan de libros. Bueno, pues también son interesantes los libros que hablan de escritores. En este caso, el autor William Styron nos presenta a Stingo, un joven sureño que viaja a Nueva York con la ilusión de convertirse en un gran escritor a finales de los 40's. El mismo Stingo, ya de adulto, es el narrador del libro, contando su juventud, su trabajo como crítico en una editorial y su amistad con dos personajes muy peculiares que viven en la misma casa de huéspedes que él: Nathan y Sophie. Ellos forman una pareja muy inteligente y divertida, sin tapujos sociales y que les encanta escuchar buena música y salir a divertirse. Sin embargo, no todo es dicha y perfección.

Nathan es judío y estudió en Harvard Biología Celular, mientras que Sophie es una católica polaca que trabaja como ayudante de un quiropráctico, lo cual enfurece a Nathan que lo considera un farsante. Además, Sophie tiene en su muñeca la marca con el número que le tatuaron en el campo de concentración de Aushwitz. Nathan se muestra como un hombre exageradamente celoso y explosivo y llega un momento en que Stingo (al igual que todos nosotros) se pregunta por qué Sophie no lo deja.

A travez de los recuerdos de Sophie vamos descubriendo un enorme remordimiento de conciencia y un sentido de culpabilidad que no la abandona. Su padre, un prominente polaco, no sólo apoyó sino fue promotor de la lucha antisemita, sin embargo, por esas vueltas del destino, acaba siendo víctima del sistema que defendía. Sophie y sus dos hijos son llevados al campo de concentración. Sophie trabaja como secretaria de un comandante y trata de seducirlo para que meta a su hijo, rubio, de ojos azules y que habla alemán, en una academia alemana, para salvarle la vida.

Conforme avanza el libro, Stingo va descubriendo que lo que pasó en el Holocausto y la forma en que trataban los nazis a los judíos, eslavos y demás pueblos no era muy diferente a la forma en que los sureños trataban a los esclavos negros. Siendo él nieto de un hacendado con gran cantidad de esclavos (liberados en la Guerra de Emancipación) siente que su pasado está entinto en sufrimiento ajeno y se va volviendo más humilde. Nathan siente, como mucha gente, que el sufrimiento del Holocausto es exclusivo de los judíos y el hecho de que Sophie, una católica, haya estado en un campo de concentración, le parece una afrenta y siente que Sophie es una traidora que colaboró con los nazis... creando ese ambiente de odio-amor que lo acompañará toda la novela hasta su trágico final.

Y, durante todo este tiempo, ese sentimiento de que Sophie fue sobrepasada por los acontecimientos, hizo lo mejor que pudo para salir de ellos y, por lo tanto, su remordimeinto debe tener otra fuente, nos hace irnos preguntando ¿qué pasó con su hijo? ¿Logró entrar a la academia alemana? ¿Qué pasó con su hija y por qué casi nunca habla de ella? ¿Cómo logró salir del campo de concentración? Y ya que estamos con preguntas, si Nathan es tan férreo defensor de los judíos, ¿porqué no fue enlistado para la guerra? Y, finalmente, ¿existe redención para un alma atormentada, sea ésta una sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, un racista reformado o una persona atormateada por su propia mente?

La novela tuvo un éxito inmediato cuando se publicó en 1979, pero ha aumentado con el paso de los años. Hoy en día es considerada una de las tres novelas básicas del Holocausto y siendo más apreciada que hace casi 40 años que se publicó. Como todo best-seller, en 1982 se hizo una adaptación al cine con Maryl Streep y Kevin Klein, sin embargo no la he visto, por lo que no puedo opinar de ella. Sólo puedo decir que Meryl Streep ganó un Óscar por su interpretación de Sophie.

Aunque mucha gente ve un retrato de los campos de concentración, La Decisión de Sophie también habla de la gente y sus demonios internos. Cómo podemos exorcizarlos y cómo podemos aprender a revalorarlos al conocer los problemas de otras personas.

La gente ya lo sabe, lo sabía yo por la fama del libro y la película antes de leerlo, pero de todos modos, la decisión que debe tomar Sophie es una decisión imposible y no se me ocurre una tortura peor para una persona. El libro es largo, el principio es un poco monótono, pero vale la pena acompañar a Sophie y Nathan por ese camino que escogen por un perdón al que nunca pueden llegar.

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