El Libro de la Semana XLIII: Los Fantasmas del Everest

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Todo el mundo sabe que en 1954, Edmund Hillary y Tenzing Sherpa fueron los primeros en llegar a la cima del Everest. Lo que muchos no saben es que en 1924 dos valerosos y expertos alpinistas , George Mallory y Sandy Irvine, subieron al Everest... pero se perdieron en él y nadie supo nunca si habían llegado o no a la cima.

En este libro, Jochen Hemmleb y Larry A. Johnson, ayudados por Eric R. Simonson, nos cuentan paso a paso cómo fue la expedición de 1924 al mismo tiempo que nos describen las viscisitudes que pasaron en 1999 al realizar ellos mismos una expedición para encontrar las evidencias que puedan decirnos qué pasó con Mallory e Irvine.

De 1924 a 1999 muchas cosas han cambiado. Los países son diferentes, las culturas son diferentes. En 1924, Inglaterra era la máxima potencia mundial y sentían que podían conquitar cualquier cosa que se propusieran. Los viajes eran lentísimos y muy largos. Los habitantes del Tibet desconocían a los europeos y los veían con cierta curiosidad. El equipo era mucho y muy pesado y a nadie le importaba dejar basura por todos lados. Hoy en día la potencia mundial es Estados Unidos. Los viajes se hacen rápidamente en avión y en vehículos con gran potencia, que cruzan ríos y montañas con pocos problemas. La gente del Tibet ha descubierto el negocio que les representa el Everest y el permiso para subirlo es carísimo y es un proceso burocrático muy complicado. Finalmente, el equipo ahora es increíblemente más liviano y compacto.

Sin embargo, lo que no varía es lo extenuante que es subir el Everest. Tampoco ha cambiado el sentimiento que provoca estar en la montaña más grande del mundo. La naturaleza humana, el deseo de trascender, la admiración y el respeto por nuestro predecesores y el amor por la naturaleza, también son cosas vigentes hoy en día.

Si bien es un libro donde se describe perfectamente lo complejo que es organizar una expedición y llevarla a cabo, también es una historia sumamente interesante del espíritu humano y de cómo podemos lograr nuestros sueños, sin importar los obstáculos que se nos presenten. Estoy conciente de que mi amor por las montañas me hizo interesar y disfrutar muchísimo este libro, pero también me queda claro que como obra literaria es muy interesante y ameno, por lo que no dudo ni un segundo en recomendarlo. ¡Sé que les va a gustar!

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