El Libro de la Semana XLII: Añoranzas y Pesares

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Ya me he declarado gran admirador y seguidor de la literatura fantástica, y esta serie de libros me llamaron mucho la atención. Me imponía un poco que fueran cuatro de regular grosor. Originalmente, en inglés, son tres libros, pero se pueden encontrar en 4 tomos, y en español hasta en 8 tomos. Yo leí la edición en 4 tomos: "El Trono de Huesos de Dragón", "La Roca del Adiós", "A través del Nido de Ghants" y "La Torre del Ángel Verde", publicados entre 1988 y 1993. Pero voy a contar un poco de qué se trata esta saga de Tad Williams.

Simón es un pinche (¡un ayudante de cocina, pues!) en el castillo del Preste Juan. Su vida es monótona y aburrida y parece destinado a ser un simple sirviente, torpe y de poco seso. Sin embargo, las cosas empiezan a cambiar rápidamente. El Preste Juan muere y lo sucede en el trono su hijo Elías (y desaparece misteriosamente su otro hijo Josua). Elías es aconsejado por Pryrates, un ambicioso mago. En los cambios del castillo, Simón entra como ayudante del doctor del castillo, el profesor Morgenes. Las cosas se precipitan y Simón descubre que Josua está prisionero en un calabozo. Lo libera y éste huye. La guardia de Pryrates va en busca del profesor y Simón y éste debe huir mientras ve cómo el profesor es asesinado.

Simón huye al norte, en busca de Josua y los rebeldes, y se entera que el profesor Morgenes era parte de un grupo de sabios al rededor del mundo llamados "La Orden del Pergamino", del que ahora es sucesor, si bien no parte, ya que sólo es un parendiz. En el camino se encuentra a un Qanuc (que son como hobbits, pero esquimales) llamado Binbiniqegabenik (Binabikpara los cuates) de quien se hace amigo y al poco tiempo descubre que también es parte de la Orden del Pergamino, pero también es aprendiz.

Las tramas políticas y sobrenaturales se van sucediendo para descubrir que todos los miembros de la Orden del Pergamino han sido asesinados y los aprendices se reunen pero aún no tienen la capacidad para dar respuestas y ayudar a Josua. Pryrates va adueñándose del rey Elías y sumiendo al reino en tienieblas, ayudado por las nornas, temibles guerreras sobrehumanas. Para lograr su ambición de apoderarse del mundo, Pryrates debe poseer las tres espadas legendarias (Minneyar o Clavo BrillanteDolor y Espina) una de las cuales ya tiene. Simón y sus amigos deben buscar las otras dos para evitar que Pryrates se apodere de ellas.

A primera vista, el libro me empezó a chocar por las claras influencias (yo diría "fusiles") de otras historias y tradiciones de la cultura mundial. Por ejemplo:

- La principal religión que domina el mundo está basada en Jesuris Aedón, quien murió clavado en un árbol, su símbolo es un árbol y la gente se persigna haciendo la señal del árbol. Esta religión está presente en prácticamente todo el mundo conocido y tiene su sede en un país donde está el máximo sacerdote... (¡demasiado parecida a la religión católica!).
- El "Preste Juan" o "Juan, el Presbítero" es un personaje legendario, cuyo reino lejano inspiró a Marco Polo para viajar en su búsqueda.
- Hay semejanzas demasiado evidentes entre el personaje del Preste Juan y el rey Arturo. Camaris, el mejor caballero del Preste Juan, es una copia calca de Láncelot.
- Los seres no-humanos son demasiado parecidos a los de Tolkien, pero como que Tad williams no quiso pagar derechos de autor e inventó otros nombres y algunas características diferentes para decir que no son lo mismo.

Y como esas hay otras (los nombres propios, los nombres de los meses y de las estaciones, las festividades, etc). Pero la parte interesante es la manera en que se entreteje la trama y cómo se aprecia desde varios puntos de vista. La historia no se centra en Simón, a pesar de ser el personaje principal. La mayoría de las veces, los eventos ocurren sin que él pueda hacer nada por evitarlo y mucha gente es la que participa en las cosas importantes. Siguiendo a Simón, podemos ver el "ciclo del héroe" y la manera en que Simón Cabezahueca se convierte en el caballero Seomán, paladín legendario... aunque Simón se sigue sintiendo el mismo Simón de siempre y no entiende porqué la gente lo ve diferente. Claro, los eventos transcurren a lo largo de varios años y Simón ya no es el adolescente flacucho y con granos en la cara que era antes. Ahora es un joven musculoso y apuesto.

Vale la pena leer esta tetralogía y, leyéndola con buena disposición, uno le perdona al autor tantas referencias pues logra incorporarlas en una historia propia, muy bien ambientada y con personajes entrañables.

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