El Libro de la Semana (XII): El Reporte Chapman
Mencionaba en una entrada anterior que durante los 60 Estados Unidos pasaba por una etapa muy curiosa de su historia donde luchaba por dejar de ser una sociedad anticuada, restrictiva (y restringida) y puritana para convertirse en una nación pluricultural y abierta. Esta se volvió muy violenta a mediados de los 60s y no ha dejado de lucharse. Pero sus resultados han sido muchos muy buenos, como el fin de la segregación racial oficial, la píldora anticoncpetiva y la emancipación sexual que ésta representó para las mujeres, el movimiento hippy, etc.
Decía yo que los artistas de aquella época, en especial lo que querían tener éxito comercial, se vieron en una encrucijada, pues si bien querían tratar temas novedosos y modernos, no podían despojarse del puritanismo y convencionalismos de la época. Un ejemplo claro es Irving Wallace, quien saltó a la fama con su segunda novela El Reporte Chapman, en 1961.
Wallace, como muchas otras personas, quedó admirado y fascinado por el trabajo de investigación del Dr. Kinsey, cuyas conclusiones publicó en un libro conocido como “El Reporte Kinsey”. En esta investigación, el Dr. Kinsey entrevistó a cientos de norteamericanos sobre sexualidad para tratar de dar una primitiva respuesta a preguntas como ¿qué entienden los norteamericanos por sexualidad? ¿Cómo viven su sexualidad? ¿Qué es lo “normal”, si es que hay algo que se pueda llamar así? ¿Cómo es el aprendizaje y conocimiento de la sexualidad? El libro desató mucha polémica y fue prohibido en muchos lugares, y el propio Kinsey fue enjuiciado por alterar la moral.
Basado en este escándalo y en los resultados del libro, Wallace, quien era periodista y escritor de guiones para cine y televisión, decidió escribir una novela donde un investigador, sospechosamente parecido al Dr. Kinsey, pero llamado Dr. Chapman, realiza un viaje por todo el país entrevistando, junto a su equipo de colaboradores, a cientos de mujeres para hacer una investigación sobre el comportamiento sexual de la mujer norteamericana. El doctor y su equipo van precedidos por el escándalo que desató su primer libro donde habla del comportamiento sexual del hombre norteamericano. Por alguna razón, mucha gente ve bien que se investigue la sexualidad masculina, pero se opone a que se investigue la femenina. La última parada del equipo es en un suburbio de California. En dicha comunidad, que presume de ser moderna y abierta, se convoca a que la mayor cantidad de mujeres participen en la investigación, la cual es 100% anónima y confidencial, por lo que tiene gran convocatoria. En especial, seguimos a 6 mujeres, cada una de ellas con una problemática y realidad sexual que, evidentemente, no se puede separar de su vida cotidiana.
Frigidez, infidelidad, ninfomanía, traumas de infancia, dependencia afectiva… El grupo de amigas (que recuerdan y quizás inspiraron “Desperate Housewives”) es muy variado en edades, historias y reacciones, aunque todas son de clase media y típicas de suburbio. El equipo del Dr. Chapman también tiene lo suyo y la última sesión de entrevistas distará mucho de ser tan tranquila como las anteriores.
Sin embargo, al final Wallace cae en la trampa de dar moralejas morales (si se me vale la expresión) tachando al homosexualismo como una enfermedad psicológica que debe ser curada, satanizando la infidelidad, enalteciendo el matrimonio y concluyendo que la única forma “moralmente correcta” de investigar la sexualidad es bajo el amparo de la moral religiosa, pero una moral abierta y sin mojigaterías, que sepa escuchar y encauzar “por el buen camino” a la gente, en vez de simplemente mostrar datos fríos.
A pesar de esta moralina que resulta un tanto chocante después de partir de la idea de que se va a tratar la sexualidad de una manera abierta y sin prejuicios, resulta increíble que El Reporte Chapman haya causado tanto revuelo y escándalo cuando apareció publicado. Wallace fue tachado de pornógrafo, degenerado y pervertidor… lo cual, obviamente, hizo que el libro se vendiera por millares y él fuera catapultado a la fama.
Incluso el libro sirvió para otra batalla, con la moral como telón de fondo. Por el éxito del libro, Darryl Zanuck decidió hacerlo película con los estudios Fox. Pero la Fox estaba preparando sus épicas películas “Cleopatra” y “El Día Más Largo” y lo que menos querían era un escándalo por una película sexual que les redujera la taquilla, por lo que le dieron largas al proyecto. Molesto, Zanuck decidió producir la película con su hijo Richard y se la ofreció a la competencia de Fox, la Warner Bros. (en especial, tenían pleito casado con Jack Warner, quien aprovechó la oportunidad para molestar más a la Fox). Warner aprovechó a las estrellas femeninas que ya estaban contratadas (entre ellas, a Jane Fonda y Shelly Winters) y remplazó a los hombres por su propia plantilla de actores de televisión, que suplicaban por tener papeles más interesantes. La película, aunque muy diferente del libro, también causó mucho revuelo y una nueva oleada de compradores del libro, y fue duramente atacada por la “Legión de la Decencia” desde su filmación. La Warner se vio obligado a cambiar el final y a poner al Dr. Chapman concluyendo que las norteamericanas eran sexualmente normales, lo cual se antoja ilógico después de todas las peripecias en la película. Tuvieron que contratar a un nuevo director para filmar esta parte.
Más allá de los aspectos morales del libro, debemos reconocer a Irving Wallace como uno de los creadores del estilo norteamericano de novela contemporánea “best-seller”. Wallace maneja un lenguaje claro y sencillo, una trama interesante, personajes entrañables y conclusiones predecibles, exactamente como muchos otros escritores después que él. Fuertemente menospreciado por los escritores y gente “culta”, los millones de dólares generados por sus libros hacen que a Wallace nunca le haya importado que no lo consideraran un escritor serio.
Irving Wallace falleció en 1990, gozando de su fama al lado de su esposa y sus hijos, y defendiendo hasta el fin la libertad de expresión.
Mi recomendación, como siempre, es que lean el libro ubicándose en la época, saquen sus propias conclusiones y decidan si, a juicio personal, es buen libro.
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