El Libro de la Semana (LIII): Los Versos Satánicos


En 1988 el escritor Indo-británico Salman Rushdie, publicó su cuarto libro, inspirado en parte por la biografía de Mahoma y en parte por los problemas de aceptación de los inmigrantes: "Los Versos Satánicos" o "Los Versos Malditos". El libro recibió buenas críticas en Inglaterra, pero a los musulmanes les pareció ofensivo y en 1989 el Ayatola Khomeini, que dirigía a Irán en ese momento, lanzó una fatwa contra Salman y su editor (y todo aquel que tuviera qué ver con la publicación del libro). Rushdie recibe protección policiaca y estuvo oculto por 10 años gracias a esta amenaza (una fatwa es una llamada a todos los fieles para que maten al ofensor). Sin embargo, no todos los involucrados se salvaron: el traductor al japonés fue asesinado. Los responsables de las ediciones en italiano y en Noruega tuvieron atentados de los que sobrevivieron por poco.

Pero, ¿de qué se tratan los Versos Satánicos? Bueno, pues prácticamente son dos libros en uno. Por una parte trata de la historia de dos personajes: Gibreel Farishta y Saladin Chamcha. El primero es un reconocido artista de Bollywood que interpeta sobre todo a deidades hindús y el segundo es un actor de doblaje, que vive en Inglaterra y se ha desligado de su pasado Indio (Por cierto, un amigo mío, nacido en la India, me dijo que él era Indio, no hindú, ya que el hinduísmo es una religión y ser indio es una nacionalidad, por lo tanto he dejado de decirles hindús a los habitantes de la India para llamarles indios).

El libro comienza con un accidente aéreo cuando ambos personajes sobrevuelan el Canal de Inglaterra. Ambos se salvan por una intervención divina que los transforma a Farishta en un ángel y a Chamcha en un demonio. Chamcha es rescatado y detenido por la policía que lo cree un inmigrante ilegal mientras que Farishta pasa desapercibido y recibe ayuda desinteresada de mucha gente. Esto provoca un resentimiento en Chamcha porque no lo ayudan a él (resentimiento sobre todo contra Gibreel). Finalmente, Chamcha recupera su forma humana y decide vengarse de Farishta. Éste, por su parte, cada vez se siente más "divino" y ha buscado a su antigua novia Allie Cone, reestablece su relación con ella pero desarrolla unos celos patológicos. ¡Pasiones encontradas, el regreso a la India y la relación del bien y del mal!

El libro, por otra parte, habla de las alucinaciones que tiene Farishta, donde recrea pasajes de la vida de "El Mensajero" o "Mahound", que curiosamente son muy similares a la vida de Mahoma y esto fue lo que indignó a los musulmanes. Tres alucinaciones tiene en este sentido y en las tres se plantean dudas acerca de la identidad o validez del mensaje de "Mahound". La interpretación de, finalmente, qué es lo que pasa se deja a cada quién, pero, claro, como siempre que alguien hace esto con algún aspecto religioso, no faltan los fanáticos que piensan en lo peor. Se me hacen como aquel chiste en que está la pareja de novios en el parque, con las cabezas recargadas el uno en el otro, en un silencio que es interrumpido cuando la chica le pregunta al novio:
- ¿En qué estás pensando, mi vida? - Y el chico, con tono meloso y enamorado, contesta:
- En lo mismo que tú, mi amor - Y la chava, furiosa, lo reprende:
- ¡Eres un puerco! ¡Cochino! ¡Eres igual que todos! ¡Sólo piensas en "eso"! ¡Lujurioso!

En fin. Los Versos Satánicos no son de ninguna manera un insulto a ninguna creencia, desde mi punto de vista. Nos muestra mucho de lo difícil que es para un inmigrante encajar en la sociedad y las trabas que le ponemos a los inmigrantes. La soledad y desánimo de Chamcha son los mismos que los que siente un centroamericano que llega a México, o un turco en Alemania, o un mexicano en Estados Unidos, o un marroquí en España, o un tahitiano en Rep. Dominicana o un colombiano en Venezuela (aunque ahora, esta migración se ha invertido)... Siempre el inmigrante (legal o ilegal) se encuentra fuera de su ambiente y luchando por ser aceptado en una sociedad que siempre lo va a ver como extranjero.

El libro también nos habla de los peligros de los delirios de grandeza y que incluso la nobleza, en exceso, es perjudicial. Todo es relativo, la bondad y la maldad. Esconderse en la religión y pretender que con eso ya somo puros y santos es tan falso como cuando en las caricaturas el coyote al ver que una enorme piedra le iba a caer encima, abría un pequeño paraguas. ¿Qué debemos hacer? Varias cosas, de acuerdo con lo que le entendí a Rushdie:
  • Conocernos a nostros mismos;
  • Aceptar y estar orgullosos de nuestro pasado;
  • Perdonar a todas las personas a las que les tenemos algún rencor;
  • Actuar con nobleza y con bondad, incluso cuando antes no lo hayamos hecho o aún cuando los demás no nos crean y nos tachen de falsos o hipócritas.
¡Pero no me malinterpreten! ¡Los Versos Satánicos no son un libro moralista o dogmático! Es una alegoría del bien y el mal que radica en cada uno de nosotros. Más allá de querer matar al autor, les invito que lo lean y saquen sus propias conclusiones.

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