El Libro de la Semana XXI: Luces del Norte

Empecemos hablando de Phillip Pullman. No hay mucho qué decir, sólo que nació en Norwich, Inglaterra en 1946 y desde el principio le llamó la atención escribir. A pesar de haber publicado muchos libros y cuentos, no fue sino hasta 1993, cuando se editó Luces del Norte que fue conocido mundialmente.
 
Pullman también es reconcido como uno de los ateos más destacados y fue uno de los opositores a la visita del Papa Benedicto XVI a Inglaterra, exponiendo que El Vaticano no sólo se había negado a firmar la mayoría de los acuerdos internacionales de Derechos Humanos, sino que además promovía prácticas que iban en contra de los derechos humanos.
 
Para alguien cuya mayor inspiración ha venido de El Paraíso Perdido de John Milton, esto no deja de ser paradójico. Y, justamente de El Paraíso Perdido es de donde Phillip tomó el primer título para su novela (The Golden Compasses), en un pasaje que dice así:
 

Then staid the fervid wheels, and in his hand
He took the golden compasses, prepared
In God's eternal store, to circumscribe
This universe, and all created things:
One foot he centered, and the other turned
Round through the vast profundity obscure

(Entonces detuvo las solemnes ruedas, y en Su mano
Tomó los compases dorados, preparados
En el eterno almacén de Dios, para circunscribir
Este universo,y todas las cosas creadas:
Un pie en el centro, y el otro girando
Al rededor dela obscuridad vasta y profunda)

— Book 7, lines 224–229

Pero hay un detalle: en inglés se utiliza la misma palabra "compass" para referirse a un compás y a una brújula y, si bien el mismo Pullman se refirío a su trilogía como "Golden Compasses", dejó de hacerlo porque los editores pensaron que se refería al aletiómetro de Lyra, que parecía una brújula... Incluso, en Estados Unidos, el libro se llama "The Golden Compass" (en singular) y así fue llevada al cine, como "La Brújula Dorada".
 
Molesto porque el cambio en la inerpretación del título hacía que la importancia se enfocara en el aletiómetro en vez de en la idea religiosa, Pullman cambió el título de la trilogía por "His Dark Materials" (mal traducido como La Materia Obscura)  basado en otro fragmento de El Paraíso Perdido:

Into this wilde Abyss,
The Womb of nature and perhaps her Grave,
Of neither Sea, nor Shore, nor Air, nor Fire,
But all these in their pregnant causes mixt
Confus'dly, and which thus must ever fight,
Unless th' Almighty Maker them ordain
His dark materials to create more Worlds,
Into this wilde Abyss the warie fiend
Stood on the brink of Hell and look'd a while,
Pondering his Voyage; for no narrow frith
He had to cross.

(Dentro de este salvaje Absimo,
La Cuna de la naturaleza y quizá su Tumba,
Ni el Mar, ni la Playa, ni Aire, ni Fuego,
Sino todos ellos en sus preñadas causas revueltos
Confusamente, y en las cuales siempre deberán luchar,
A menos que el TodoPoderoso Creador ordene
A Sus materiales obscuros crear más Mundos,
Dentro de este salvaje Abismo el consternado demonio
Se paró en el borde del Infierno y contempló por un rato,
Ponderando su Viaje; ningún angosto vado
Tenía para cruzar.)

— Book 2, lines 910–920

Y es que en la trilogía aprovecha para hacer una crítica muy fuerte a las instituciones religiosas y a las religiones, en general. No es exactamente el tema que uno esperaría encontrar en un libro para niños y jóvenes...
 
Pero, ¿de qué se trata "Luces del Norte"? Bueno, Phillip Pullman es un apasionado de la era isabellina, así que plantea un universo paralelo al nuestro, aunque muy parecido, donde la iglesia nunca perdió su fuerza gobernante y el ambiente es similar al de la época de la reina Isabel. En este mundo, las personas viven con un animalito que es la representación material de su alma, al que llaman "daimonion". Cuando una persona es niño, su daimonion cambia de forma contantemente y a voluntad, pero al crecer, pierde esa habilidad, manteniendo una forma definitva (símbolo de que uno ha descubierto su verdadera identidad). Es tan fuerte el lazo que une a una persona con su daimonio que no pueden separarse más que por unos cuantos metros. Más que eso, la separación produce un dolor insoportable tanto a la persona como al daimonio. Evidentemente, al ser el alma de la gente, uno puede hablar con ellos abiertamente, pero nunca tocar el de otra persona.
 
Lyra Belacqua es una niña huérfana que vive en el colegio Jordan en Oxford que, al igual que en nuestro mundo, es uno de los más importantes colegios del mundo. Traviesa, mentirosa, irreverente, Lyra es una niña sin miedo a nada, líder e inteligente. Su educación corrió a cargo de los "licenciados" del colegio, como si fuera un convento. Ella es la única niña estudiante pues el colegio es para hombres. Su apoderado es su tío Lord Asriel quien expone a los licenciados una imagen de la Aurora Boreal (las Luces del Norte) en la cual se puede ver a través de ella otro mundo y un hombre con un niño (aunque dicho niño tiene o le falta algo que lo hace aterrador de ver)... Lord Asriel afirma que es un mundo paralelo y que es posible viajar a él, para lo cual emprenderá un viaje al ártico. Lyra lo escucha todo, escondida en un armario, y queda profundamente impresionada, sobre todo por la reacción de los licenciados ante unas partículas a las que llaman "el polvo", que se ve como una materia obscura en la foto.
 
Después de la partida de Lord Asriel, se conoce que muchos niños empiezan a desaparecer. La gente habla de los "Gobblers" (o los "zampones") que se roban a los niños y se los llevan lejos. Roger, un pequeño niño, hijo de la cocinera del Jordan y amigo de Lyra, es robado y Lyra decide ir en su búsqueda, pero sus planes son frustrados pues la envían con la Sra. Marisa Coulter, una hermosa, elegante e inteligente mujer que se propone hacer de Lyra toda una señorita de sociedad. Antes de marcharse con ella, el director del Jordan le regala en secreto a Lyra un aparato similar a un reloj de bolsillo, pero más grande y con más agujas y símbolos, llamado "aletiómetro". Lyra se marcha con la Sra. Coulter y descubre un mundo de lujo y refinamiento. Sin embargo, Lyra se da cuenta que la Sra. Coulter es parte de una organización conocida como la Junta de Oblación, que no es otra cosa que los Gobblers. Aterrorizada, Lyra escapa y es ayudada por los giptanos, un grupo étnico nómada que viaja en barcos. Los giptanos han sufrido muchos robos de niños, pero como el gobierno no los quiere, sus denuncias no son escuchadas y han decidido buscarlos por su cuenta, pues saben que los han llevado al norte. Lyra regresa a su plan de rescatar a Roger y, aprovechando que se dirigen al norte, decide ir en busca de Lord Asriel para entregarle el aletiómetro, pues piensa que éste le servirá a Lord Asriel para cumplir su objetivo.
 
Durante el viaje, Lyra aprende a interpetar el aletiómetro, el cual responde cualquier pregunta que se le haga. También conoce a Iorek Byrnison, un enorme osos polar perteneciente a una raza que puede hablar, están organizados en sociedades, y tienen un pulgar opuesto, lo cual les permite ser excelentes herreros y manejar el metal como nadie en el mundo. Los osos no tienen daimonion, pero se hacen una armadura que cumple una función similar.
 
Lyra viajará hacia las heladas tierras del norte donde descubrirá que lo que hacen los Gobblers con los niños es más terrible de lo que se podría haber imaginado. Conocerá brujas, aventureros que viajan en globos, zeppelines, trineos, etc. Y descubrirá que todo lo que creía era una mentira y que la realidad es más brutal y cruel de lo que nunca podría haber pensado.
 
La "Junta de Oblación" es auspiciada y controlada por la Iglesia, al igual que todos los colegios e instituciones científicas. Y aunque nunca se especifica claramente la forma de gobierno, es evidente que la Iglesia también tiene todo el control.
 
Luces del Norte es la primera novela de la trilogía, seguida por "La Daga" (The Subtle Knife) y "El Catalejos Lacado" (The Amber Spyglass), sin embargo, a mi me parece que Phillip Pullman sólo había planeado editar el primero y ante el éxito que obtuvo se decidió escribir y lanzar los otros dos, ya que el ritmo, el ambiente y el objetivo de los dos últimos cambia completamente respecto al primero. Su crítica a las religiones se hace más evidente y más áspera (aunque no se explica bien, desde mi punto de vista) y esto hace que en ocasiones los libros sean pesados y haya qué conocer algo de la Biblia para entender qué está criticando. Muchas de sus analogías y subtemas se pierden en el contexto general y en ocasiones es el contexto general lo que queda en segundo o tercer plano.
 
Es por esto que yo recomiendo ampliamente que lean Luces del Norte y después, si se engancharon bastante y no se aguantan las ganas, lean los otros dos. No he visto la película que hicieron de éste libro, pero el éxito que tuvo indica que fue buena. Pero mejor lean el libro.
 
 

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