El Libro de la Semana XXVII: Drácula


Alguien me dijo que la similitud entre Marx, la Biblia y Don Quijote es que todo el mundo los cita, pero nadie los ha leído. Algo similar pasa con Drácula de Bram Stoker. Todo el mundo conoce la historia y se imagina al legendario vampiro como Bela Lugosi o Germán Robles. Los que consideran que saben más del tema, identifican al conde Drácula con Vlad Tepes, conocido como Vlad, el Empalador. Pero, lo dicho, muy pocos lo han leído. Y quizá si leyeran el libro se decepcionarían un poco porque no es igual que las películas.


Pero, iniciemos por enmarcar el origen de la obra en la Inglaterra Victoriana, en la cual nació Abraham Stoker en 1847. Bueno, para ser precisos, nació en Irlanda, y desde pequeño tuvo una salud muy precaria, que lo orilló a estar postrado prácticamente todo el tiempo hasta los 7 años. En este lapso, recibió clases particulares y, en especial, su mamá le contaba diversas historias y relatos, de los cuales el joven Abraham era más afecto a los de terror y misterio. Una vez recuperado decidió aprovechar el tiempo y sacar ventaja de su salud. Se hizo un gran deportista y, gracias a la influencia de sus padres, hizo de la ciencia su gran afición, y se tituló en Ciencias y Matemáticas, con honores, en 1870.

Gran amigo de Oscar Wilde, éste le presentó a su novia Florence Balcombe. Evidentemente, Wilde terminó su relación con Florence (hay que recordar que Oscar Wilde era gay, por lo que seguramente su relación era más de amigos) y Bram aprovechó para cortejarla y, eventualmente, casarse con ella.

Para estos momentos, Bram Stoker ya trabajaba escribiendo artículos y críticas de teatro en un periódico de Dublín. Esta actividad despertó su vocación de escritor y para 1872 logró que se publicara su primer relato de terror. Publicaría algunos más hasta que en 1897 publicó su obra más conocida: Drácula.

Drácula está escrita en forma epistolar, es decir, en primera persona y cada capítulo es parte de un diario, una carta, una bitácora o un periódico. Y es aquí cuando la gente se lleva el primer impacto. No es la estructura tradicional de una novela pues no hay un narrador, hay muchos.

Comienza con Johnatan Harker, un joven abogado, viaja a Transilvania, en Hungría, al castillo del conde Drácula para arreglar algunos aspectos legales sobre su posible migración a Inglaterra. El remoto castillo resulta tenebroso y Drácula hace que Harker se quede como su huésped una temporada, en la cual descubre que el amable conde en realidad es malvado y tiene algo raro. Una noche cree tener un sueño en el que tres mujeres se aparecen en su cuarto y hablan de chuparle la sangre, pero Drácula las detiene y les ofrece un niño para saciar su apetito. Harker también es testigo de cuando la madre del niño llega a buscarlo y Drácula ordena que se la coman los lobos. Ve al conde subir paredes, como lagartija, y descubre que ha dejado de ser un huésped para convertirse en un prisionero.

Aquí quiero hacer una precisión. Parte de lo magnífico del libro es que está muy bien escrito. Lo que cuenta Johnatan es precisamente lo que ve y lo que empieza a deducir. En ocasiones detalla más algunas cosas y en otras sólo los hechos o sensaciones. Pero, curiosamente, nunca describe a detalle al conde Drácula. La imagen que tenemos se debe a las interpretaciones pictóricas y fílmicas.

Poco tiempo después, un barco llega a los muelles de Londres. En el barco no hay nadie vivo. Ni siquiera ratas. Sólo el capitán aparece atado al timón para poder conducir el barco pase lo que pase. Al leer su bitácora aumenta el misterio, ya que el capitán narra cómo van muriendo poco a poco los miembros de la tripulación, lo cual evidentemente conduce al miedo y al caos.

En un manicomio, cercano a Londres, un interno llamado Renfield tiene un comportamiento extraño y come arañas, moscas y otros insectos, pero habla de que su amo está por llegar y que él es capaz de salir del hospital para realizar sus encargos. Esta nueva patología confunde a sus médicos, pero no le dan mayor importancia.

Mina Murray, prometida de Johnatan Harker, escucha que ha llegado a Londres el conde Drácula. Esto le da esperanzas porque quiere tener noticias de su prometido, pero al preguntarle, Drácula afirma que Harker sólo estubo con él unos días y después partió y no ha sabido nada de él. Mina va a bsucarlo y lo encuentra en Budapest, donde Johnatan le cuenta su aventura y cómo escapó del castillo.

Hoy en día prácticamente todos conocemos a Drácula y hemos visto alguna versión basada en el libro o el personaje. Pero en 1897 el libro era un misterio y las capacidades de Drácula eran desconocidas y se iban desvelando poco a poco. Mina ve cómo el conde está con su amiga Lucy Westerna aparéntemente besándola en un cementerio. Poco despupes, Lucy cae enferma y tien un par de orificios en el cuello, presumiblemente producto de la fiebre. Gracias a que la imagen del vampiro está tan inmersa en el consciente colectivo, todos nos imaginamos inmediatamente que Drácula la mordió y la convirtió en vampiro, pero cuando se escribió el libro nadie sabía qué había ocurrido y el desarrollo de los hechos causa terror, pues se declara muerta a Lucy y es poco después cuando surgen las historias de una hermosa joven que atrae niños para matarlos.

Otro gran personaje hace su aparición para darle un sentido a todo: el profesor holandés Abraham Van Helsing. Su conocimiento de lo sobrenatural no sólo dará con la clave para detener y matar a Drácula, sino que establecerá todo lo que se conoce comunmente como las características de los vampiros.

Fue tal el éxito de Drácula que inmediatamente surgieron investigaciones y especulaciones sobre el libro. Se dice que Bram Stroker lo escribió al escuchar hsitorias de demonios y vampiros húngaros. Quizá, buscando nombre y ubicación para su anti-héroe, leyó sobre Vlad Draculea, un rey cruel sangriento apodado "el empalador" por su costumbre de empalar gente a la menor provocación a las orillas de los caminos. Pero lo cierto es que si acaso lo tomó como referencia, no hay nada de dicho personaje en Drácula, más allá del nombre y la zona aproximada donde vivió.

Otro aspecto que no existe en Drácula es el erótico. el conde Drácula era exótico, carismático y novedoso para los londinenses. Este atractivo, así como la sensualidad implícita en abrazar a una mujer para morder su cuello, cargaron al personaje de un gran erotismo. El que las "novias de Drácula" se aparezcan en bata en el cuarto de Johnatan, es otro detalle que parecía casi pornográfico en la Inglaterra Victoriana. Pero el lector moderno descubrirá que en realidad en el libro no hay ninguna referencia directa a la seducción o la sexualidad. La versión fílmica de Coppola, que pomposamente se anuncia como "Bram Stroker's Dracula" en realidad se da muchas libertades.

Lo mejor que uno puede hacer es leer el libro y disfrutarlo. Así como no es posible comparar la obra "Romeo y Julieta" de Shakespeare con la sinfonía de Berlioz "Romeo y Julieta" ya que, aunque cuentan la misma historia, lo hacen a travez de dos medios completamente distintos, de la misma manera no es posible comparar las versiones cinematográficas de Drácula, empezando con la de Bella Lugosi, con el libro. Si logran evitar las comparaciones, descubrirán un gran libro, muy bien escrito y que, por algo, se convirtió en un clásico.

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